Día de Muertos en la Uabcs

Desde temprano en la mañana el desfile de cajas, bolsas y caras emocionadas se comienza a ver, jóvenes alumnos de la universidad se instalan en el pasillo a un lado de la biblioteca, con sus espacios limpios y las ordenes de planeación, da un poco de nostalgia y es muy gracioso el recordar como el año anterior eran mis compañeros quienes participarons en el concurso de altares. La tarde comienza a caer poco a poco, el calor de desvanecer con el paso de las horas y el pasillo se empieza a llenar de flores y aromas a incienso, entre las risas de todos los jóvenes dispersos por el espacio de la universidad y la música que salía de las bocinas de radio, el primer maratón radiofónico que se realizaba en el departamento radio tenía a todos con las energías y ánimos de continuar la fiesta.
El sol se ocultó rápido, tan rápido como se instalaron los puestecitos de comida, venta de chicharrones, raspados, taquitos y de más antojitos, pocos puestos, pero con solo esos bastaba para inundar el pasillo de olores y delicias. Las tiras de lucecitas y velas que adornaban los altares creaban un ambiente único de muerte y fiesta mexicana, naranja, negro, luces tenues que bailan por la suave brisa de la noche y colores muchos colores brillantes. Los mosquitos se dejan venir y en ese pedazo de universidad comienza un desfile de gente como un mini carnaval, las catrinas comienzan a desfilar, este año del brazo de su catrín, los rostros maquillados, llenos de negro y blanco, largas pestañas y vestidos espectaculares ceñidos al cuerpo, trajes y sombreros, bastaba una vuelta completa para ver la creatividad de los altares dedicados a grandes celebridades y artistas del pasado, el camino de aserrín con el que se dibujaba una cara de Diego rivera, una dramática Frida Kahlo posando para las fotos junto a sus veladoras y un risueño chavo del ocho dentro de su barril, las caracterizaciones y decoraciones de este año de verdad que se lucieron. Cámaras por aquí, celulares por allá, las catrinas caminando por todo el ahora aparente largo pasillo, la luna llena en lo alto del cielo alumbraba a la perfección la festividad, este año la conducción del programa se movió frente al poliforo universitario regalándonos una perfecta primera fila a todos mientras los mosquitos atacaban con todo sin importarles quienes fueran. Padres de familia en las sillas, pequeños hermanitos corriendo por todas partes, jóvenes comiendo ya la tercera bolsa de chicharrones de la noche cansados esperando el resultado después de un largo día de esfuerzo creando su altar para escuchar al ganador.
Si eres estudiante del turno vespertino es el pretexto perfecto para salir de clases un poco antes e ir a ver el espectáculo, una pequeña presentación en el pequeño escenario donde se presentaron el grupo de yaz y danzas orientales, estas jovencitas supieron contagiar su energía al público saltando y moviendo las caderas con la música muy alta, al igual que el grupo que toco en vivo a continuación. La invitación se hace como siempre, a participar, a inscribirte en algún taller, a escuchar la radio universitaria ¿porque no? y comer, comer todo lo que se te antoje y llegue primero el aroma a tu nariz, porque para eso son estas fechas, a los mexicanos y a los paceños sobre todo nos gusta aprovechar cualquier momento para convivir, comer, beber y reír, es tradicional el concurso de altares de día de muertos y catrinas en la aubcs, ahora se le suman la tradición del concurso de catrines y el maratón radiofónico, todo junto por primera vez. La noche no termina hasta que el ultimo se va a su casa; a la mañana siguiente podemos ver el espacio donde antes ocupaba tanta gente y cempasúchil, como solo huecos en el piso, flores regadas y algún arco aun sin desarmar. Así la aubcs abre y se despide del 2 de noviembre otro año más, para recordar las tradiciones, para ver la belleza de nuestra cultura mexicana, para practicarlos, convivir entre amigos y recuerdos de la noche.



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