¡Chan, chan! El examen.

En Sin Filtro sabemos lo estresante que puede llegar a ser la escuela y ni hablar de los exámenes, o el final de semestre, donde todos estamos vueltos locos, queremos desaparecer, y odiamos a todo el mundo. Por eso en esta edición les platicamos lo estresante que fue la preparación del examen de Teoría de la Comunicación.  

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Se llegó el día en que la maestra nos aviso “Chicos dentro de dos semanas, el miércoles habrá examen” en ese momento no sentí tanta presión específicamente por el examen, pero en general sí que lo estaba porque tenía pendientes de otras materias. Deje pasar la primera semana y ni siquiera abrí el libro para estudiar los capítulos.

Después con los sketch y las explicaciones que dieron mis compañeros, como que medio me quedaron más claros los temas. El fin de semana me fui a cabo y desde el viernes muy temprano me ocupe con asuntos familiares, el sábado ni hablar, hubo fiesta de una sobrina y yo anduve metida en toda la organización del festejo, ayude a preparar la comida y demás. Aún así, por la tarde antes de irme, revise todo el primer capítulo del examen “Teoría de la reducción de la incertidumbre”, el domingo me regrese muy temprano a La Paz ya que tenía que trabajar con compañeros de clase en el proyecto de la materia de Sociología de la comunicación, empezamos a trabajar como a las 12 del día y terminamos hasta el lunes a las 10 de la mañana. Todo ese lapso fue horrible, estresante. Sólo dormí a lo mucho dos horas, todos enfadados, empezamos a editar después de grabar, pero a demás no había hecho mi artículo de la revista, deje el proyecto y me puse a redactar el artículo, y en ese momento recordé que el miércoles tenia examen, me comencé a estresar más, me enojé y entonces comencé hablarles feo a mis compañeros, y juro que no era intencional. Total terminamos el proyecto de sociología, llegamos a la escuela tarde,  a las 10 de la mañana, yo iba sin bañarme me sentía apestosa, de mal humor.

Ya el martes todo el santo día traje en mente el examen, por la tarde después de comer repase un poco mi guía, de ahí me fui a clases de teatro, el profesor estuvo duro y dale en algunos detalles sobre mi actuación y me estrese más, me dolió la cabeza y el ojo izquierdo. Salí de clases y toda la noche me la pase estudiando, con mi guía, repitiendo en voz alta y caminado de un lado a otro, ese es el método que mejor me funciona, como a las dos de la mañana me di por vencida y me fui a dormir.

El miércoles al llegar al salón se sentía tensión horrible, así que preferí seguir estudiando pero afuera en el pasillo.


Llegó la hora del examen, y me sentía estresada, conteste lo mejor que pude, pero me empecé a bloquear cuando se me olvidaron por completo los conceptos de una teoría, y así estuve tratando de recordar por más de media hora, hasta que ya sabía que era inútil seguir así, por lo que decidí entregar el examen. 

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