Relatos sin filtro.

"Ella era Denisse"




-Que bueno que has venido- Le dijo la mesera a ella.

-Si, hoy entro tarde, ya sabes es miércoles y el bar abre después del horario normal- Respondió ella.

Se sentó en la mesa que estaba junto a la mía, saco una revista de moda y se puso a hojearla.

-Aquí esta su café- Me dijo la mesera.

 Se sentó junto a esa mujer de vestido gris y zapatos rojos, platicaron por mas de media hora y yo las observaba a detalle, parecía ser que eran intimas amigas pues su platica era muy fluida y se notaba que había mucha confianza. Mientras yo tomaba y comía pastel.

-Bueno, Alex tengo que irme necesito ir a buscar cosas para el trabajo, tu ya sabes- Le dijo la hermosa mujer a la mesera.

-Que te vaya muy bien y cuídate Denisse por favor- Le contesto la mesera.

-Muchas gracias por el dato- Dije en mi mente, ahora sabía como se llamaba aquella mujer de zapatos rojos.

-Señorita, la cuenta por favor- Le dije a la mesera.

Aquella mujer me vió muy misteriosa, pues se había percatado que minutos antes yo observaba detalladamente a su amiga.

Ella trajo la cuenta y una nota que decía “Si quiere saber en qué bar trabaja Denisse, considérelo en la propina”.

Y en efecto fue la propina más sustanciosa que había dejado por un café de olla y un pedazo de pastel.

Regrese a mi casa esperando con ansias que fueran las once de la noche para ir a aquel bar.

El reloj marcaba las 9:30 p.m y yo me metí a bañar, me puse mi mejor ropa me perfume, fume un cigarrillo antes de salir finalmente me marche.

-Aquí es- Dije con entusiasmo.

Entre al lugar, se llamaba “Salón Rojo” y el lugar le hacia honor a su nombre pues por dentro estaba todo tapizado de un terciopelo rojo y brilloso.

-Un whisky, por favor- Le dije al barman en la barra.

Estaba sentado con el whisky en la mano atento buscándola a ella, de repente las luces del lugar se apagaron para al mismo instante encenderse las del escenario, era muy estrecho con un tubo en el medio. Yo estaba estupefacto.

-“Con ustedes nuestra hermosísima Luna”-Anunció el conductor del show.

Y ahí estaba ella con su cabello largo y rizado traía esos mismos zapatos rojos de charol, y un vestido negro de encaje casi transparente, sus labios ahora eran mas nacarados y caminaba sobre el escenario de una forma muy seductora. Empezó la música y ella bailaba de una manera muy sensual.

Yo sentía como mi sangre comenzaba a hervir de una manera sorprendente, era muy muy hermosa, mi Denisse se había convertido en Luna.

Termino su show y desapareció de escena dejando a todos los hombres que se encontraban en aquel bar con la boca abierta, incluyéndome a  mí.

-Joven, esa mujer Luna, ¿Sólo baila?- Le pregunté a un mesero.

-¡Uy! Amigo si quiere estar a solas con ella le va a costar mucho dinero- Respondió el mesero.

-Estoy dispuesto a pagar el precio que sea, la quiero para mí- Dije de inmediato.

-Acérquese a la señora de aquella esquina de vestido rosa, y dígale que quiere estar en privado con Lunita.

Tomé un último trago al whisky y me dirigí a aquella señora de vestido rosa.

-Disculpe señora, esa joven Luna es muy hermosa y quisiera conocerla un poco más- Le dije un poco nervioso.

-Vaya vaya, el primer cliente de Lunita- Contestó con una voz muy déspota.

Se acercó y me dijo en el oído lo que me costaría estar con Denisse o mejor dicho Luna. Yo saque mi cartera y pague.

Me encontraba en una habitación muy pequeña, casi por completo obscura, en el fondo una cama de tamaño considerable, con sabanas blancas y del techo resbalaba una tela blanca transparente que cubría toda la cama, yo estaba sentado ansioso esperando a Denisse.

-Hola, guapo- Dijo denisse con voz suave mientras entraba a aquella habitación.

Yo estaba tan nervioso que ni siquiera pude responder.

Se acerco más, estaba frente a mí tenia puesta una bata color melón, su cabello rizado suelto y en sus manos dos copas de vino tinto. La bebí y ella hizo lo mismo.

Nos besamos y volvimos a besar, le quite la bata y empecé a besar todo su cuerpo, ella gemía pero de una forma muy falsa, tenia su rostro mas de cerca y podía notar que su piel estaba marchitándose y en sus ojos se notaba una profunda tristeza, aún así le hice el amor.

Estábamos ambos tirados en la cama mirando al techo, yo no podía decir nada, pues ¿Qué rayos se le debe decir a una prostituta que acaba de tener sexo por dinero?

Me levanté de la cama y me dirigí hacia el baño, yo me sentía vacío, pero ella me gustaba y muchísimo, lo mas intrigante para mi es que no le había hecho daño, pues un pasado abrumador de mis antiguas relaciones, estaba siempre presente, apagando cualquier brillo de ilusión que se presentaba en mi vida.

Salí del baño estaba ella sentada sobre la cama, me miraba muy misteriosa y sólo me dijo.

-Ven acá maldito cabrón-.

Yo obedecí y me senté a un lado de ella me empujo a la cama se montó sobre de mi e hicimos de nuevo el amor. Alguna extraña conexión nos unía, yo lo podía ver en su rostro, ojos y esa forma de hablarme. Volteé a mi lado izquierdo de la cama, para abrazar su cálido cuerpo y estrujarlo junto al mío, tenía su cuello a milímetros de mis labios, lo besé y a lo lejos mirando a la nada observé unas tijeras delgadas pero a la vista muy filosas, me volteé hacia ella y le pregunte.

-¿Luna, quien ha puesto esas tijeras ahí?

Ella con lágrimas en sus ojos, se levantó de la cama abruptamente.

Lo último que mis oídos escucharon salir de los labios de aquella mujer, fue: “No soy Luna, quiero dejar de serlo, ya no. Soy Denisse”.

Tomo las tijeras con tanta irá, clavo sus ojos en los míos, yo sabía lo que proseguía, iba a morir.









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