Los acontecimientos del 2 de octubre de 1968 no se olvi.
El pueblo se había estado manifestando en todo el país, pero el verano de 1968 miles alumnos salieron a manifestarse a las calles, con centro de reunión en la plaza de las 3 culturas (construida sobre las ruinas de la antigua ciudad azteca de Tlatelolco), frente al sitio arqueológico, está la iglesia colonial de Santiago, detrás, una torre ocupada por la cancillería mexicana y el edificio chihuahua cierra la plaza hacia el este, (siendo un sitio más que conveniente para el acorralamiento de los manifestantes) mientras tanto el ejército se movilizaba a los alrededores, los líderes estudiantiles se situaban en el tercer piso del edificio chihuahua, el cielo era surcado por un helicóptero que al poco tiempo lanzo unas luces verdes que descendieron a la plaza.
En
el edificio chihuahua y en el edificio de las 3 culturas, estudiantes de la
UNAM y del politécnico buscaban un cambio democrático en el país, mayores
libertades políticas y civiles, menor desigualdad y la renuncia del gobierno
del (PRI) que consideraban autoritario.
Alrededor de las 18:10 el grupo manifestante fue acorralado y fusilado por
francotiradores y militares vestidos de civiles, lo único que los diferenciaba
era la portación de un guante blanco (el batallón Olimpia).
La Presidencia de la República afirmó que
la intervención «acabó con el foco de agitación que ha provocado el problema» y
garantizó «la tranquilidad durante los Juegos Olímpicos»
El
general Carlos Roberto Bermúdez Ávila era el encargado de llevar a cabo la
estrategia para disolver la manifestación, estrategia que incluyo balazos,
macanazos y golpes.
Manuel
Díaz Escobar era jefe operativo de los halcones, encargados de infiltrarse en
las manifestaciones y hacerlas pedazos desde adentro, o incitando a la
violencia.
Alfonso
Corona del Rosal era el regente del distrito federal (jefe de gobierno)
abogado general de la UNAM, y que en 1986 el PRI otorgo medalla al mérito, en
el 2001 muere tranquilamente, este “CABRON” en palabras de Echeverría fue quien
pidió que el ejército interviniera en Tlatelolco y durante 30 años fue el
encargado de desaparecer estudiantes, comunistas, manifestantes y en sí, todo
aquel que se manifestara contra el PRI (ESTE INDIVIDUO TIENE UN MONUMENTO EN LA
GLORIETA DE INSURGENTES), junto con Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría fueron
los principales autores de la masacre.
(monumento a genocida.)
26
muertos 1043 detenidos y 100 heridos son las cifras oficiales, sin embargo una
mujer madre de uno de los estudiantes manifestantes asegura haber buscado a su
hijo entre las pilas de jóvenes muertos en la calle y asegura haber contado al
menos 80 cuerpos al menos en una zona de la plaza, al anochecer los cuerpos
fueron trasladados a las morgues en camiones de basura cuentan algunos.
No
es la primera ni última vez que el gobierno actúa de esa forma contra su pueblo
ya que el ejército había lanzado un bazucaso 2 meses antes del genocidio en Tlatelolco
a la puerta de la prepa san Idelfonso (con alumnos entre 16 y 18 años de edad).
Antes
la manifestación de doctores en 1964 fue
predecesora de la tragedia del Tlatelolco, la manifestación se debía al reclamo de su
pago atrasado de aguinaldos, el gobierno despidió a los médicos y secuestro
enfermeras supliéndolos por médicos militares.
Mas
en actual esta “La matanza de san salvador Atenco” (2006) mato a 2 menores de
edad, incluyendo abuso sexual y a las garantías individuales, por la
manifestación de un grupo de floricultistas, desencadenando el rechazo a Peña
Nieto por parte de estudiantes de la IBERO en campaña de elecciones.
El
gobierno decidió por medio de la violencia y asesinato con uso de armas, acabar
no solo con jóvenes estudiantes, en la manifestación había profesores y
profesoras, mujeres, niños, profesionistas, obreros y también periodistas.
Es imposible
no hablar con impotencia acerca del tema, da profunda rabia pensar que se le
puede cortar tan fácil las alas al derecho de expresión y de pensar que el
gobierno intenta ocultar la carne, lagrimas, sangre, perdidas de muchas
familias y el dolor bajo su alfombra pútrida.
Da incertidumbre
no sentirte seguro frente a las fuerzas armadas, que al chasquido de un par de
dedos volteara fríamente su arma y pondrá de blanco el espacio entre tus ojos, sin
dudar en volarte la cabeza para callar en un instante el valor de unos pocos
por cambiar el rumbo de la historia de México.
La
voz fue callada esa tarde del 68, sustituyo gritos de protesta, gritos que pedían
respuestas a los que deberían ofrecerlas, los gritos de unión pacifica de
estudiantes, madres y padres de familia, niños, profesionistas, periodistas,
profesores entre otros, fueron ahogados en gritos de agonía, dolor y para cientos
gritos con su último aliento.
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